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Proyectos realizados en Valencia. 2005-2010
¿Qué hacer con la evidencia del tiempo que ha pasado? ¿Esperar a que se desvanezca por completo, o es necesario conservarlo?
¿Podemos esperar que nos aporte algo, algún conocimiento, alguna emoción, algún sentimiento? ¿Está muerto, sirve para algo?
¿Qué hacer ante la inminencia de la desaparición?
Desde el año 2002 trabajamos en común desarrollando una serie de proyectos que tratan de rescatar la memoria de lugares inmersos en procesos de desaparición o abandono, cuyo estado puede haberse visto originado por diferentes procesos, desde la existencia de planes de remodelación urbanística, hasta los causados por el inevitable paso del tiempo.
A través de la intervención en el interior de edificios deshabitados llevamos a cabo un trabajo de exploración fotográfica y estampación por arranque de grandes superficies murales, con el objetivo de extraer un registro material de su estado, y generar, en último término, un archivo físico y documental que permita conservar las huellas y la memoria de lugares que van a dejar de existir.
Después de las experiencias iniciales realizadas en un ámbito vinculado al abandono del medio rural, desde 2005 y hasta 2010, los siguientes proyectos se han centrado en el contexto urbano de la ciudad de Valencia, donde el estado de abandono y ruina se produce como consecuencia de procesos relacionados con el desarrollo urbanístico.
Los primeros trabajos en este contexto, entre 2005 y 2007, han sido intervenciones puntuales en distintos inmuebles deshabitados de la ciudad, localizados en dos de sus núcleos históricos, el barrio de El Carmen, en el casco antiguo, y el barrio marinero del Cabanyal, en la periferia. Mientras que en el centro histórico de El Carmen, por lo general, los planes de rehabilitación suelen mantener las estructuras exteriores de los edificios antiguos existentes conservando sus fachadas, aunque perdiéndose las huellas que dan testimonio del modo de vivir de una época, de construir y habitar el espacio; el problema en el barrio del Cabanyal es más amplio, y en él, la noción de pérdida es más acusada y general, pues el plan Especial de Protección y Reforma Interior supone una actuación más agresiva, con la destrucción de una buena parte del patrimonio edificado y la transformación radical de su entramado urbano.
En relación al progresivo empeoramiento de esta situación, el proyecto “A la memoria del lugar” (2007-2008) adquiere mayor envergadura, no sólo por el volumen de material recuperado, sino también por la complejidad y significación de la problemática que afronta desde hace años este lugar, y busca crear una archivo único, cuyas grandes dimensiones puedan dar idea de la magnitud de la pérdida, que alcanza a todo un barrio.
El último proyecto realizado en Valencia, “Proyecto para cárcel abandonada” (2008-2010) se desarrolla en la antigua Cárcel Modelo de Valencia, en el transcurso de su remodelación. Este proyecto da inicio a una etapa de trabajo dedicada a los espacios de reclusión y privación de libertad; lugares cuyos muros, cargados de mensajes y muestras de expresión gráfica, literalmente hablan, funcionando como los soportes de pensamiento de los que por allí pasaron. Este tipo de espacios posibilita el rescate, no sólo de la huella arquitectónica del lugar, sino además, de los testimonios escritos que dan voz a la parte más íntima y humana de la invisible e invisibilizada realidad penitenciaria.
Algo ha sido y sigue siendo. Los pliegues de la memoria. 2010. (Fragmento)
Paula Santiago
[...] En nuestras ciudades, la proliferación de edificios abandonados y convertidos en ruinas está generando una práctica con la que se siente muy identificada la cultura urbana contemporánea. El acto del derrumbe ― frente a lo que supone el hecho de la reconstrucción― se llena de múltiples significados de los que en muchas ocasiones no somos conscientes. En este escenario, las piezas elaboradas por María Jesús y Patricia abandonan su estatus objetual ―en el sentido más expandido del término― para convertirse en una reflexión dirigida a replantear la naturaleza intrínseca del espacio vivido como un territorio lleno de contradicciones y tensiones en el que la memoria y la recuperación se dan cita.
[...] Los cuidadosos pliegues de estas piezas ocultan una información susceptible de ser analizada, no sólo desde el ámbito físico ―es decir, desde posiciones escultóricas formalistas o desde lecturas estéticas basadas en connotaciones de resonancias románticas―, sino desde una perspectiva que permite traer consigo repercusiones tanto individuales como colectivas. Enfrentarse a estas piezas, o sea, aproximarnos al acto de plegar y guardar la memoria de un lugar supone mirar más allá de lo visible. Así, la complejidad interna de las mismas no se deja captar en un primer momento, ya que recogen registros variados y solapados que, apelando a nuestra intuición, nos invitan a la utilización de múltiples sentidos.
effet de réel. 2009. (Fragmento)
Virginia Villaplana Ruiz
Archivo Cabanyal se propone como un palimpsesto de memoria sobre un barrio de la ciudad de Valencia que se vuelve intermitente. Patricia Gómez y María Jesús González se enfrentan con este proceso de construcción y destrucción dentro del espacio de las casas que hoy día ya han desaparecido. Si la función de un archivo es catalogar los documentos de algo que ha tenido existencia, Archivo Cabanyal renuncia con sobrada voluntad a esta función, revelándose como una imagen materia de una red de espacios compartidos de los que solo preservar sus restos y sus ruinas. Expropiar, deshabilitar, llevar el espacio interior de las casas, sus habitaciones y fachadas a la intimidad de la tela estampada supone entonces transformar la arquitectura del pasado en la memoria viva del presente.
[...] ¿Hasta dónde volver cuando ya nada queda? Destruir, construir cuando los espacios desaparecen resulta una labor en proceso constante que noexime de una responsabilidad y compromiso con el trabajo diario que Patricia Gómez y María Jesús González asumen. Las nociones de memoria, historia y experiencia colectiva. Concretamente, en los proyectos de trabajo sobre el barrio del Cabanyal y la Cárcel de Valencia son revisadas desde la intervención y puesta en escena del mismo lugar. Estas intervenciones mantienen un conflicto entre la espacialidad del lugar y la teatralidad de los no-lugares.
[...] La documentación del proceso de trabajo mediante la técnica del estampado sobre pared y la descripción del interior de las telas en formato vídeo son una prueba de la minuciosidad y el detalle que supone el uso de las herramientas de recuperación de los lugares. Cada pliego de las telas que agrupan Archivo Cabanyal puede ser leído como un documento inestable de la realidad.
[...] Cada pliego estampado parece regresar del pasado para darnos muestra de su permanencia incierta. Para recordarnos que los imaginarios socio-simbólicos dan testimonio de aquello que se destruye al anteponer la construcción como un paso posterior al vaciado de las metrópolis contemporáneas.
Si las paredes hablaran. 2009.
John Berger. Traducción Pilar Váquez
“En los lugares históricos, y en particular si el lugar tiene una historia trágica, mucha gente suspira y dice: ¡Ay, si las paredes hablaran!
Creer o suponer supersticiosamente que los lugares que permanecen (esto no es aplicable a los mares, los estuarios y los ríos) tienen memoria es algo muy generalizado y está estrechamente relacionado con la noción de lo sagrado en todas las religiones.
En su instalación, María Jesús González y Patricia Gómez han intentando y logrado algo que yo no había visto nunca. Han despegado de los muros de una cárcel abandonada ciertas huellas de su memoria inaudible. Unas huellas que son al mismo tiempo retazos de violencia y de dolor humanos.
Una vez despegadas de los muros de las celdas y de las galerías, las transportaron y las abrieron, de modo que dejaron de ser contenedores para convertirse en panoramas: panoramas proyectados en las paredes públicas de una ciudad donde la gente circula en libertad. Su ejercicio de transportar fragmentos de “memoria” de un tipo de edificio a otro equivale a un ejercicio de traducción delicado e inteligente. Una traducción de algo de ese dolor, de ese pesar inaudible, que forma parte de la condición humana.”
Consideraciones sobre “Proyecto para cárcel abandonada” de Patricia Gómez y MaJesús González. 2010. (Fragmento)
Javier Panera Cuevas
[...] Las obras de Patricia y MaJesús exploran el todo a partir del fragmento, pero lo que les interesa no es el estilo de la construcción ni su valor estructural, sino el poder significativo de los visibles deterioros de muros, puertas, ventanas y galerías y, de un modo muy especial las inscripciones y dibujos de diferentes épocas que se solapan en dichos espacios. Tanto aquellas piezas que podemos valorar en el plano documental (fotografías y estampaciones sobre tela de arranques murales), como las que adquieren una dimensión más teatral (instalaciones site specific) o performativa (vídeos), se sitúan en un territorio ambiguo en el que continente y contenido se constituyen como polos de aproximación, que, paradójicamente poseen la facultad de abrir fisuras en el ámbito de la musealidad y estimular la mirada crítica del espectador.
Estos testimonios mnemónicos que ahora encontramos distribuidos por las diferentes estancias de esa “otra cárcel” que fue el DA2, son, por así decirlo, la contrapartida contemporánea de las ruinas de los románticos: “fundamentalmente residuos (...) momentos arrancados del movimiento de la historia, luego devueltos”. Lugares que: “aparecen en virtud de la desritualización de nuestro mundo, construyendo, decretando, y manteniendo por medio del artificio, la voluntad de una sociedad profundamente absorta en su propia transformación y renovación, una sociedad que inherentemente valora lo nuevo sobre lo antiguo, lo joven sobre lo viejo, el futuro sobre el pasado (...)”. Como ya no nos identificamos con el pasado como un elemento fundamental de nuestro presente, nos vemos obligados a insistir deliberada y exasperadamente en los vestigios, intentando así su permanencia puesto que dejarlos a la deriva muy probablemente significaría su desaparición... Estas imágenes reavivan en suma, el carácter simbólico de estos “lugares” que, de otro modo, el desinterés del público habría condenado al desvanecimiento o directamente a la desaparición.
Splitting Architectural Time. 2012. (Fragmento)
Kostis Kourelis. Taducción Emilio Martí
[...] El proyecto es tanto empírico como sublime; emplea procesos de las ciencias de la restauración y la conservación pero su efecto emocional es irracional. A través de este conflicto, Gómez y González revisitan un debate fundamental en la disciplina de la restauración artístico-histórica y de la teoría de la arquitectura. ¿Cuál es el valor de un edificio? ¿Cómo afecta a la arquitectura su temporalidad acumulada? ¿Qué momento de la biografía de un edificio es más importante? ¿El momento de su nacimiento (de su diseño y construcción)? ¿El momento de su muerte (su abandono)? ¿O todos los momentos entre uno y otro? Al despojar de las capas de pintura más superficiales un edificio tan simbólico, Gómez y González tematizan la restauración como disciplina.
[...] La historia de la restauración y la conservación se divide entre dos paradigmas surgidos simultáneamente a mediados del siglo diecinueve. El arquitecto francés Viollet-le-Duc trató de restaurar los monumentos arquitectónicos a un estado ficticio de plenitud, mientras que el teórico de la estética John Ruskin se oponía a cualquier raspado de los estratos acumulados. En 1877, el líder del movimiento Artes y Oficios, William Morris, fundó la Sociedad Anti-Raspado (la Sociedad para la Protección de Edificios Antiguos), que fue uno de los primeros grupos activistas contra las restauraciones. Morris articuló la teoría de que “la vida y el alma de los monumentos” se acumula a través de sus sucesivos usuarios y que éstas son por tanto distintas de sus “meros cuerpos”, o de la inerte mampostería diseñada por el arquitecto. [...] La escisión que Gómez y González insertan entre las capas de pintura y la pared habla de la complejidad arquitectónica de las páginas cronológicas de un edificio.
[...] Los teóricos culturales han argumentado que la ruina y la noción de autenticidad que ésta encarna son preocupaciones fundamentalmente modernas. Las ruinas ofrecen “una doble exposición al pasado y al presente” y señalan la ausencia de utopía, “la negativa a la plenitud y al cierre clásico”. Ciertas lecturas de la condición postmoderna han anulado la viabilidad de las grandes narrativas y de soluciones arquitectónicas utópicas. La critica apocalíptica de Piranesi en sus Cárceles pervive en el trabajo de los teóricos de la Escuela de Frankfurt Walter Benjamin y Theodor Adorno, quienes profetizaron la muerte de la arquitectura. “La filosofía como la arquitectura está en ruinas, pero una escritura de las ruinas, micrologías y los graffiti aún es posible”. Por tanto, incapaces de diseñar utopias correccionales, sólo podemos relacionarnos con las micronarrativas dejadas en los muros en ruinas.